lunes, 3 de abril de 2017

La atención presenta fases entre las que podemos destacar la fase de orientación, selección y sostenimiento de la misma. (Ardila, 1979; Celada , 1989; Cerdá, 1982; Luria. 1986; Taylor, 1991). Mientras que Reategui (1999) dice que la atención es un proceso discriminativo que acompaña el procesamiento cognitivo; otros autores señalan a la atención como un mecanismo, pone en marcha los procesos que intervienen en el procesamiento de la información.
Para Rubenstein (1982) la atención modifica la estructura de los procesos psicológicos, haciendo que estos aparezcan como actividades orientadas a ciertos objetos.

Características de la atención:

Los autores nos hablan de unas características, “si bien fenomenológicamente la orientación seleccionadora es considerada como la característica principal de la atención (Kahneman, 1973; Rubenstein, 1982; Rosselló, 1998)”; se presentan otras características que vale la pena tener en cuenta:

La concentración: es la inhibición de la información irrelevante, y la focalización de la información relevante, la concentración de la atención se manifiesta por su intensidad y la resistencia a desviar la atención a otros estímulos secundarios. Al igual la concentración está ligada de la atención con el volumen y la distribución de la misma, las cuales son recíprocamente proporcionales entre sí.

La distribución de la atención: a pesar que la atención tiene una capacidad limitada en función del volumen de la información, y el esfuerzo que la persona ponga, es posible que la persona pueda atender al mismo tiempo más de un evento. La distribución de la atención se manifiesta durante cualquier actividad, y consiste en conservar al mismo tiempo la atención de varios objetos o diferentes situaciones.

La estabilidad de la atención: es la capacidad de mantener la presencia de la misma durante mucho tiempo sobre un evento o actividad dada. Para mantener estabilidad en la atención de debe descubrir sobre el objeto nuevas facetas, aspectos y relaciones; pero esta también dependerá también como el grado de dificultad de la materia y la familiaridad con ella.

Oscilamiento de la atención: estos son periodos involuntarios de segundos a los que esta superditada la atención y estas pueden ser causadas por el cansancio (Rubenstein, 1982). Mientras que para Celada (1990) este cambio de la atención en intencional, lo que la diferencia de la desconexión o distracción, y en esto tiene que ver el carácter de los objetos que intervienen.
La capacidad de oscilamiento o desplazar la atención puede ser considerado como flexibilidad, que pueden ser manifestadas en situaciones diversas, en especial en las que tenemos que reorientar nuestra atención porque nos hemos distraído o por atender varios estímulos.

Clasificación de la atención:

Atención selectiva: capacidad que tiene la persona para responder a los elementos esenciales de una tarea y pasar por alto lo irrelevante.

Atención dividida: esta se da cuando hay una sobrecarga, se distribuye los recursos atencionales con los que cuenta el sujeto hacia una actividad complicada (Garcia, 1997).

Atención sostenida: esta se da cuando una persona se mantiene consciente ante los requerimientos de una tarea, y ocuparse de esta por un tiempo prolongado (Kirby y Grimley, 1992).


Según su grado de atención, esta se divide en:

Atención involuntaria: esta tiene que ver con la aparición de un estímulo nuevo, fuerte y significativo y este desaparece con la monotonía y la repetición. Esta es pasiva y emocional, pues la persona no se esfuerza ni orienta su actividad hacia el objeto o situación.

Atención voluntaria: esta se desarrolla en la niñez con la adquisición del lenguaje y las exigencias escolares, primero es el lenguaje de los padres que controlen la atención del niño aun involuntaria. Tan pronto el niño tiene la capacidad de señalar objetos y mencionarlos, tiene la capacidad de trasladar su atención e independiente de los adultos, esto confirma que la atención voluntaria se desarrolla a partir de la involuntaria.
Para Rosselló (1998) señala que la atención, motivación y emoción están relacionadas desde el punto de vista neurobiológico. “El Sistema Activador Reticular Ascendente (SARA) que activa el mecanismo atencional, establece estrechas relaciones neuroanatómicas con el Hipotálamo, que es el centro motivacional por excelencia y forma parte del cerebro de las emociones al estar integrada en el sistema límbico”. 



Enfoque neuropsicológico de la atención:

Se entendía a los procesos psicológicos como la función particular del cerebro, pero la ciencia ha demostrado la imposibilidad de atribuir alteraciones en dichos procesos a causas de localización especifica. Luria señala “Las funciones mentales como sistemas funcionales complejos no pueden localizarse como zonas restringidas del córtex o en grupos de células aisladas, sino que deben estar organizadas en sistemas de zonas que trabajan concertadamente, cada una de las cuales ejerce su papel dentro del sistema funcional” (1988, p.30).


Desde el punto de vista neuropsicológico la atención es la expresión del trabajo del sistema activador reticular ascendente (SARA) y de los hemisferios cerebrales, sincronizados por la actividad de los lóbulos pre-frontales. 

https://youtu.be/yTcI5fubFCo


Referencia Bibliografica

http://www.psicopedagogia.com/atencion

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